Photo by Andrew Perez

La Ciudad de Sullivan: Un Refugio para Animales

Words by Melissa Cortes Santiago

Edited by Abigail Vela

Editor’s Note: Melissa authored this story as a cohort member of the Pluma Libre: 2023 Trucha Writing Fellowship.

Cuando la encontraron, Athena, una mezcla de labrador y gran Pirineo, caminaba por las calles de Edimburgo, asustada y hambrienta. Sus patas estaban raspadas, su pelo y sus uñas necesitaban desesperadamente un corte y su pelo blanco estaba tan sucio que parecía casi rubio.

 

“Quien la tenia antes simplemente no le importaba”, dijo Valeria Zamora, la dueña de Athena. “Estábamos tratando de contactarlos, pero no se molestaron en recogerla ni venir a buscarla”.

 

Según Valerie, su amiga encontró a Athena y la llevó a un refugio cercano, pero no pudo admitirla porque el refugio estaba a capacidad máxima. Sin embargo, Athena tenía un microchip, y en lo que sus dueños estaban siendo contactados, ella decidió cuidarla con la ayuda de amigos. Ay fue cuando Valerie y su pareja intervinieron, y lo que se suponía sería una estadía de tres semanas se convirtió en un año. Athena poco a poco se convirtió parte de la familia de Valerie, que también incluye a Ash, un gato que habían adoptado anteriormente. En todo ese tiempo, los dueños originales de Athena nunca la reclamaron.

A gray cat with green eyes sitting on the edge of the bed and staring off into the distance.
Ash was adopted from an animal shelter after having been there for some time. Valerie describes an instant connection she felt that compelled her to adopt him. Photo courtesy of Valerie Zamora.
After a year, Athena has grown accustomed to her new home, where she is more at peace. Before even the rustling of a plastic bag would startle her. Photo courtesy of Valerie Zamora.

La historia de Athena puede parecerse a una película triste de Hollywood, pero es un hecho increíblemente común, especialmente aquí en el Valle. Según la Sociedad Estadounidense para la Prevención de la Crueldad contra los Animales, seis millones de animales de compañía, perros y gatos, ingresan a refugios en los Estados Unidos cada año. En Texas, aproximadamente 600,000 animales ingresan a un refugio cada año. Aunque es difícil estimar las cifras exactas, la cantidad de animales callejeros en todo el estado es significativamente mayor. Los rescates en el Valle estiman que cerca de un millón de perros callejeros deambulan por nuestras comunidades, y la mayoría no tienen la suerte de encontrar un hogar tan rápido 

como Athena.

Un Problema Sin Fin

The word Yaqui is graffitied in blue letters on a concrete wall. A windmill, along with greenery, stands in the forefront.
Unlike other rescues, Yaqui is located on a ranch, which provides the animals with sufficient room to truly be comfortable. Photo by Andrew Perez.

“Recibimos llamadas todos los días. Probablemente recibimos 10 a 15 llamadas de personas que dicen que encontraron un animal en la calle o que ya no pueden quedarse con sus animales. Así que es sin parar las 24 horas del día”, dijo Alyssa Cerroni, Coordinadora de Relaciones Públicas de Yaqui Animal Rescue.

 

Yaqui Animal Rescue es un rescate de animales sin fines de lucro en Sullivan City. Según Cerroni, tienen alrededor de 300 animales a su cuidado, que van desde perros y gatos hasta cerdos y patos. El rescate también coordina esfuerzos para ayudar a los animales callejeros en todo el valle a encontrar un hogar. A través de una red de voluntarios, que incluye a miembros de su personal, transportan a los animales a rescates que tienen espacio disponible tanto en Texas como en todo el país.

Larger animals, such as horses and cows, have the ability to roam freely throughout the rescue. Photo by Andrew Perez.
Dogs at the rescue have access to ample room in their kennels to run around and play. Photo by Andrew Perez.
Cats with Leukemia, like the one above, are kept separate from the rest since it’s a highly contagious disease among them. Photo by Andrew Perez.

A pesar del apoyo que reciben de los miembros de la comunidad y de las empresas de todo el Valle, conseguir financiamiento es una lucha interminable. Se necesitan más de 10,000 dólares para operar el refugio cada mes. Esa cantidad se obtiene únicamente a través de donaciones y recaudaciones de fondos; nada de eso proviene del gobierno o de las ciudades locales.

 

“Gracias a Dios por nuestros seguidores porque no podríamos sobrevivir si no fuera por las personas que donan constantemente y las empresas que nos apoyan”, dijo Cerroni. “Pero no podemos seguir salvando animales descuidados y abandonados sin el financiamiento adecuado”

Melissa, ranch manager at Yaqui, grew up on the ranch and has always loved animals. The work she puts into the rescue stems from that. Photo by Andrew Perez.

Hacer trabajo de rescate no sólo es financieramente agotador, sino que también puede resultar emocionalmente abrumador. Con la gran existencia de animales callejeros en nuestras comunidades, las personas que dirigen servicios de rescate constantemente se ven presionadas demasiado.

“Es una triste realidad. Es muy agotador emocional, físico y financiero. Algunas cosas te animan por un segundo, pero no siempre tienes tiempo para disfrutarlas y regresas al siguiente horror”, dijo Ashli ​​Garza, presidenta y fundadora de Luv Us Mutts, una organización de crianza sin fines de lucro en el valle. 

 

Garza dirige la organización ella sola, con ayuda de familiares y amigos cercanos. Ayuda a transportar animales fuera del estado a rescates y refugios que tienen espacio disponible. Garza mencionó que es más fácil para muchos de estos animales ser adoptados fuera del estado, donde su población callejera no es tan alta.

A woman holding a poster that reads “Luv Us Mutts”.
Ashli runs a home appraisal business with her family full-time and has still managed to foster for over ten years. Photo courtesy of Ashli Garza.

Espacio para Soluciones

Con un problema tan grande como este, ¿cómo pueden mejorar las cosas? El primer paso, según Garza y ​​Cerroni, es una reforma legislativa al nivel estatal. Aunque en la pasada sesión se avanzó con la nueva Ley de Criadores Licenciados de Texas, que tiene como objetivo reformar y regular a los criadores comerciales, no ha sido lo suficientemente rápido para frenar la cantidad de animales que terminan en las calles. Muchos refugios abogan por leyes integrales de esterilización y castración que garanticen que tanto los dueños de mascotas como los refugios castren y esterilicen a los animales que están a su cargo, lo que ayudaría a reducir la población callejera.

 

El siguiente paso sería reexaminar nuestras prácticas locales de control de animales. A partir del 24 de Julio, la Ciudad de McAllen desarrolló una división de Servicios de Cuidado de Animales bajo el Departamento de Salud y Cumplimiento de Códigos. La nueva división ya no recoge a los animales callejeros por la ciudad. Ahora se pide a los residentes que ellos mismos cuiden a los animales e intenten ponerse en contacto con el dueño del animal antes de llevarlos a Palm Valley Animal Society, según un anuncio en la página de Facebook de la ciudad. Aunque el nuevo enfoque se implementó para ayudar a prevenir la sobrepoblación en PVAS, algunos rescates creen que puede causar más problemas a largo plazo.

 

“No es sólo problemático para los animales; Es problemático para los humanos porque estos perros en las calles no están vacunados, pueden transmitir enfermedades y podrían tener problemas de comportamiento, entonces es un problema para toda la comunidad”, dijo Cerroni.

Un Trabajo Gratificante

A pesar de lo que parece ser un diluvio interminable de problemas y la naturaleza agotadora de su trabajo, las personas que lo hacen encuentran fuerza y ​​consuelo en los resultados gratificantes.

 

“La paz que tengo es el hecho de que cada perro que pase por mi cuidado sabrá lo increíble que es la vida, y esa es la razón por la que hago lo que hago”, dijo Garza. Con doce perros propios, Garza ha estado dirigiendo el servicio de acogida durante más de diez años y no tiene planes de dejar de hacerlo.



Un perro que Cerroni ayudó a acoger, que andaba por las calles infestado de pulgas y garrapatas, ahora vive una hermosa vida en San Francisco. Recientemente recibió una foto de el en el Golden State Bridge.

 

“Recibes noticias asombrosas sobre lo que alguien ha hecho para salvar a un perro o dónde están nuestros perros hoy, y solo ver a un perro salvado de la calle y luego vivir una vida hermosa es simplemente un proceso asombroso y gratificante”, dijo Cerroni.

 

Después de un par de baños y mucha paciencia, Athena poco a poco se ha convertido en una perra más segura de sí misma. Se asusta menos con los ruidos e incluso se defiende cuando otros perros le ladran en el parque. Hace tiempo que se olvidó el miedo que sentía mientras deambulaba por las calles.

 

“Me enorgullece porque nunca he tenido un perro así”, dijo Valerie. “Pero me alegro de haber hecho lo que hice porque la hizo mejor y mucho más feliz. Lo veo en su cara”.

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